EL POPULISMO Y EL USO EN BENEFICIO DE LOS INTERESES POLITICOS

1. INTRODUCCIÓN

El término “populista” se ha convertido en una etiqueta simplificada para describir movimientos o líderes políticos que apelan directamente a las masas y critican a las élites. Al usar esta etiqueta, se busca estigmatizar al partido o líder, sugiriendo que su enfoque es demagógico o que están manipulando a la gente para obtener apoyo a sus intereses. En la historia política difundida por el neoliberalismo, el populismo ha estado asociado con movimientos que prometen soluciones sencillas a problemas complejos.

La palabra “populista” puede tener diferentes significados según el contexto y la perspectiva. Algunos lo ven como una expresión de empoderamiento popular, mientras que otros lo consideran una amenaza para las instituciones democráticas. Los opositores políticos a menudo utilizan la etiqueta “populista” para eliminar a sus rivales de la contienda electoral. Puede ser una estrategia para deslegitimar a un partido o líder y restarle credibilidad.

El uso de la palabra populista, la han popularizado los ideólogos conservadores, como sinónimo de mal gobierno, antidemocrático, anti técnico y contrario a la racionalidad planificadora. Los enemigos del cambio social lo usan frecuentemente como parte de la lucha ideológica, económica y social contra los movimiento y doctrinas identificadas con los intereses del pueblo y la clase trabajadora. La usan inclusive para calificar partidos de izquierda con posibilidades de ser gobierno.

Sin embargo, también se ha identificado en contraposición, en mayor grado gobiernos con populismos de derecha en el mundo entero y lógicamente en América Latina, son en número mucho mayores. Los gobiernos de izquierda, así mismos calificados son muy escasos. En rigor la derecha califica de izquierda, comunista y terrorista a cualquier gobierno que hable de justicia social. La intención de esta nota es explicar en qué consiste realmente el concepto y el uso político que se hace de él, con referencia a lo que ocurre en el mundo con particular incidencia en América Latina y el Perú,

2. DESARROLLO HISTÓRICO DEL POPULISMO EN EUROPA Y AMÉRICA LATINA:

En el siglo XIX, surge en Europa y América Latina como respuesta a las desigualdades sociales y económicas generadas por la industrialización, movimientos nativistas que se oponen a la influencia extranjera y buscan defender la identidad nacional, surgen líderes carismáticos que utilizan discursos nacionalistas y anti-establishment para movilizar a las masas.

En Europa el populismo de derecha es una expresión que se usa para describir a grupos, políticos y partidos políticos generalmente conocidos por su xenofobia, principalmente contra el mundo islámico, y que en la mayoría de los casos tienen una postura euroescéptica. El populismo de derecha en el mundo occidental está generalmente, aunque no exclusivamente, asociado con ideologías como el ultra conservadurismo, el reaccionarismo y el neo nacionalismo la antiglobalización, el nativismo, en algunos casos al proteccionismo, aunque en otros al libertarismo económico2 y la oposición a la inmigración.

Las ideas y sentimientos anti musulmanes y el antisemitismo sirven como los «grandes unificadores» entre las formaciones políticas de derecha en todo Estados Unidos y Europa. Las opiniones tradicionales de la derecha, como la repulsión por el estado de bienestar, sumado a una fuerte reivindicación de la “incorreción política”, posiciones antiprogresistas y anti igualitarias, hasta partidos o movimientos con inclinaciones o simpatías neonazis, también se describen bajo el populismo de derecha, hay en este abanico político una monstrificación de la justicia social acompañada en ocasiones de un sutil discurso antidemocrático.

Desde la Gran Recesión, los movimientos populistas de derecha como el Agrupación Nacional (antes Frente Nacional) en Francia, la Liga en Italia, el Partido por la Libertad en los Países Bajos y el Partido de la Independencia del Reino Unido comenzaron a crecer en popularidad en gran parte debido a la creciente oposición a la inmigración de Oriente Medio y África, el aumento del euroescepticismo y el descontento con las políticas económicas de la Unión Europea.

Mas recientemente, han sido calificados como populistas de derecha, Viktor Orbán. Forza Italia, Marine Le Pen con el Frente Nacional en Francia, Heinz-Christian Strache con el Partido de la Libertad de Austria, , Alternativa de Alemania, y el partido Ley y Justicia de Polonia, Amanecer Dorado en Grecia, Petró Poroshenko en Ucrania, la Liga en Italia junto a Silvio Berlusconi, Matteo Salvini y Giorgia Meloni. En el centro de Europa destaca Fidesz en Hungría El Partido por la Libertad (PVV), del populista de derecha Geert Wilders. En España existe Vox.

En América Latina, durante el siglo XX, tenemos, en buen sentido, un predominio del populismo de izquierda en países como Argentina, Brasil y México. En la década de 1990 tenemos un auge del neoliberalismo y crisis económica, debilitamiento del populismo de izquierda. En el siglo XXI, resurge el populismo de izquierda en países como Venezuela, Bolivia y Ecuador. El resto de los países han predominado populismos de derecha, en todos los países de América Latina, con las excepciones anotadas. En la actualidad hay una Polarización política en la región, con gobiernos de izquierda y derecha enfrentados.

Sus características comunes son la exaltación de la identidad nacional y oposición a la inmigración; el rechazo a las élites políticas y económicas tradicionales. Los líderes con fuerte presencia mediática y capacidad para conectar con las emociones del electorado. Se emiten mensajes simples y directos que apelan a las emociones del público, se manifiesta la polarización política, la creación de un enemigo común y división de la sociedad entre «ellos» y «nosotros».

Recientemente, tenemos ejemplos latinoamericanos de populismo de derechas que incluyen al expresidente Alberto Fujimori, su hija Keiko y el alcalde de Lima Rafael López Aliaga en Perú, el expresidente Álvaro Uribe con el Centro Democrático y Rodolfo Hernández con la Liga de Gobernantes Anticorrupción y Duque en Colombia, Javier Milei con La Libertad Avanza y la política tradicional en Argentina, José Antonio Kast con el Partido Republicano en Chile, políticos mexicanos como Jaime Rodríguez Calderón, Felipe Calderón y Vicente Fox, o como Fabricio Alvarado, Juan Diego Castro y Rodrigo Chaves en el caso de Costa Rica. Zanotti Lisa Y Kenneth M. Roberts (2021

3. CRITICAS AL POPULISMO DESDE UNA VISIÓN DE DERECHAS

Desde la derecha, la crítica al populismo de izquierda ha sido objeto de diversas críticas desde diferentes perspectivas. A continuación, presento algunas consideraciones críticas:

• Simplificación y demagogia: Al igual que cualquier forma de populismo, el populismo de izquierda tiende a simplificar problemas complejos y ofrecer soluciones atractivas de manera demagógica. Esto puede llevar a políticas superficiales o ineficientes.
• Negligencia de la cuestión de clase: A veces, el populismo de izquierda se centra más en la retórica anti elitista y las guerras culturales que en abordar la verdadera cuestión de clase. Esto puede debilitar la lucha por la justicia social y la igualdad económica.
• Falta de soluciones concretas: Aunque los populistas de izquierda prometen cambios significativos, a menudo carecen de planes detallados para lograrlos. Esto puede generar desencanto entre los votantes y dificultar la implementación efectiva de políticas.
• Manipulación emocional: Al igual que otros populismos, el populismo de izquierda apela a las emociones y los miedos de la gente. Esto puede llevar a decisiones impulsivas basadas en la ira o el temor, en lugar de un análisis racional.
• Enfoque en la identidad: Algunos críticos argumentan que el populismo de izquierda se centra demasiado en la identidad y la cultura, descuidando cuestiones económicas fundamentales. Esto podría dificultar la construcción de coaliciones amplias y efectivas.
• Riesgo de autoritarismo: En algunos casos, el populismo de izquierda puede derivar en un liderazgo carismático y autoritario. Esto podría socavar la democracia y la participación ciudadana.
• En última instancia, la crítica al populismo de izquierda debe ser equilibrada y basada en un análisis profundo de sus acciones y consecuencias. Es importante evaluar tanto los aspectos positivos como los negativos de esta corriente política para comprender su impacto en la sociedad y la democracia.

4. EL POPULISMO DESDE UNA VISIÓN DE LA IZQUIERDA

El populismo de izquierda es una ideología política que combina política de izquierda con elementos y retórica propios del populismo. Según la definición de Cas Mudde, el populismo divide a la sociedad en dos entidades homogéneas y antagonistas: el pueblo y las élites. Argumenta que la política debe expresar la voluntad general del pueblo. La retórica del populismo de izquierda a menudo incluye sentimientos anti elitistas, oposición al sistema y hablar en nombre de la gente.

En Alemania, el Partido del Socialismo Democrático fue estudiado como un populismo de izquierda, confiando en el anti elitismo y la atención mediática proporcionada por un liderazgo carismático. En España, Podemos, un partido de izquierda, ha logrado atraer a votantes izquierdistas decepcionados con el establishment político sin adoptar el lenguaje típico de los populistas de derecha1

Los temas importantes para la izquierda populista suelen incluir anticapitalismo, justicia social y antiglobalización. A diferencia de los partidos de izquierda tradicionales, la ideología de clase social o la teoría socialista no son tan cruciales para los populistas de izquierda. Además, la crítica al capitalismo y la globalización a menudo se relaciona con el antiamericanismo debido a acciones de guerra impopulares de Estados Unidos, especialmente en Oriente Próximo. La izquierda populista tiende a ser inclusiva y confía en los ideales igualitarios. (De la Torre. C., 2022)

Para Chantal Mouffe, el populismo de izquierda es una intervención política de “naturaleza partisana”. La tesis central, que la autora desarrolla, es que Europa asiste a una crisis de la hegemonía neoliberal tal como se configuró desde los años 80, y que, frente a este panorama, la política a desplegar consiste en un populismo de izquierda que permita recuperar y radicalizar la democracia. Al igual que Laclau, Mouffe entenderá por populismo “una estrategia discursiva de construcción de una frontera política que divide a la sociedad en dos campos y convoca a la movilización de ‘los de abajo’ contra ‘aquellos en el poder”.

Según Chantal, Europa occidental se encuentra atravesando un “momento populista”, producto de la proliferación de demandas insatisfechas que desestabilizan la hegemonía imperante, que habilita la posibilidad para la emergencia de un sujeto colectivo capaz de transformar el orden social. Esta situación es expresión de las múltiples transformaciones económicas y políticas implementadas por el neoliberalismo, que han conducido, según la autora, a una situación de “pos democracia”, entendiendo por ello la erosión de los dos pilares del ideal democrático: la soberanía popular y la igualdad.

Dos fenómenos explican esta situación. Por un lado, la pos política, esto es, la transformación de la política en administración del statu quo y la eliminación de los espacios agonistas para el disenso, que ha convertido el poder del pueblo en una entelequia. Por otro lado, una creciente “oligarquización” de las sociedades occidentales, vinculada a la centralidad que adquiere el capital financiero, ha producido un incremento exponencial de las desigualdades, socavando el segundo pilar del ideal democrático. En este contexto posdemocrático debe entenderse el momento populista. A él se llega luego del año 2011, cuando al discurso anti establishment que cierta derecha venía pregonando desde los noventa, se suma una ofensiva también desde la izquierda, que expresaron los llamados “movimientos de las plazas”.

Moufee Chantal, asocia el surgimiento del thatcherismo a la crisis del consenso keynesiano y a la incapacidad del laborismo de articular una política hegemónica; sin embargo, lo que más le interesa mostrar es que Thatcher desplegó una estrategia populista al trazar una frontera política entre el establishment (la burocracia estatal, los sindicatos y los beneficiarios de la asistencia estatal) y los “contribuyentes”, víctimas de esas burocracias. En la medida en que pudo capitalizar la oposición al modelo del Estado de bienestar, la premier británica fue capaz de implementar sus políticas neoliberales y, tras una década en el cargo, logró consumar una verdadera revolución.

¿Aprender del thatcherismo” para Mouffe?, significa seguir su ejemplo y aplicar una estrategia populista, aunque con un objetivo progresista. Se trata de construir un pueblo, de romper el consenso pos político, definiendo un adversario: sólo de esta manera es posible recuperar la democracia, para luego radicalizarla. Históricamente, los partidos socialdemócratas europeos han sido reacios a este tipo de estrategia y por ello que son blanco habitual de las críticas de Mouffe que, no obstante, rescata positivamente algunas experiencias recientes como la del laborismo de Jeremy Corbyn.

Otro elemento importante en Moufee es “radicalizar la democracia”, se trata de “una radicalización de los principios ético-políticos del régimen democrático liberal: ‘Libertad e igualdad para todos’”. Es decir que la izquierda no debe rechazar esos valores sino buscar su realización efectiva. En otras palabras: no se trata de crear un orden nuevo, sino de establecer un nuevo orden hegemónico dentro del marco democrático liberal. Al interior del espectro de la izquierda, Mouffe denomina a su propuesta como “reformismo radical”, diferenciándola tanto del “reformismo puro”, que acepta la democracia liberal en su actual versión neoliberal, como de la “política revolucionaria”, que busca una ruptura total con el orden existente.

Este reformismo radical considera al Estado como un campo de batalla y no se priva de cuestionar las relaciones capitalistas de producción; de ahí la importancia de distinguir entre liberalismo político y liberalismo económico. Además, a diferencia de otras versiones de la democracia radical, como la de Hardt y Negri, tiene una valoración positiva de la representación: según la autora belga, el problema con esta es que, actualmente, no hay lugar para la confrontación agonista. Nuevamente, no se trata de rechazar de plano la representación, sino de volver más representativas a las instituciones.

Cada día, el número de afectados por el neoliberalismo aumenta, generando un terreno fértil para la articulación de las más diversas demandas políticas en un proyecto hegemónico emancipatorio. Este debe ir asociado a una concepción democrática-radical de la ciudadanía, de inspiración cívica-republicana, imprescindible para enfrentar la pos democracia, y es preciso que incluya la cuestión ecológica. Dicho esto, Mouffe se ocupa de tres temas caros al populismo: el líder, la nación y los afectos. Sobre el primero, siguiendo en buena medida a Laclau, señala que el líder no es per se autoritario, sino que todo depende de la relación que éste entable con su pueblo y que es posible concebir relaciones menos verticales, en las que el líder sea un primus inter pares.

A propósito del rol que el populismo suele atribuir a la dimensión nacional, enfatiza en que es allí donde debe comenzar la lucha hegemónica, pues hay un fuerte componente libidinal en las formas de identificación nacionales, y sería un error dejar ese terreno a expresiones de derecha. Finalmente, destaca el rol fundamental que juegan los afectos en la constitución de las identidades políticas. Moufee dice, “es necesario movilizar la energía afectiva en prácticas discursivas que generen identificación con una visión democrática igualitaria” y debiliten los afectos que sostienen la hegemonía neoliberal, ya que, siguiendo a Spinoza, “un afecto sólo puede ser desplazado por un efecto opuesto, más fuerte que el que se busca reprimir”. (Moufee Chantal, 2019)

5. CONCLUSIONES

Populismo en Europa y América Latina, es una fuerza dominante. Sus líderes carismáticos, sus promesas de cambio radical y su enfoque en la «gente común» han resonado en el electorado, En el discurso que el concepto es utilizado, se confunden apreciaciones de izquierda y derecha. Ambos aparentemente buscan lo mismo, pero que, en sustancia, es utilizado en función de sus propios intereses, de un lado las derechas, para perpetuarse en el poder y mantener sus privilegios y de otro, las izquierdas como argumento para la conquista del poder y desde allí, realizar tomar medidas y políticas públicas que beneficien al pueblo y especialmente a los más pobres.

Los impactos del populismo en América Latina han sido diversos. Algunos logros incluyen la reducción de la pobreza y la desigualdad, la ampliación de la cobertura social y la participación política de las masas. Sin embargo, también se han asociado con el debilitamiento de las instituciones democráticas, la polarización social, la corrupción y la inestabilidad económica. Así, los populismos de derecha y de izquierda se disputan la articulación de las demandas insatisfechas. Ambos procuran establecer una frontera política entre un “nosotros” y un “ellos”, aunque lo hacen de formas distintas: la derecha construye un pueblo que excluye a muchos sectores; la izquierda populista busca recuperar la democracia y profundizarla.

El futuro del populismo en América Latina es incierto. Es probable que siga siendo una fuerza importante en la región, pero su éxito dependerá de la capacidad de sus líderes para cumplir con sus promesas y de la respuesta de la ciudadanía a sus propuestas. Al decir de Chantal, las izquierdas deben competir con las derechas por los mismos argumentos del populismo, como critica a los gobiernos conservadores y elitistas para, proponer soluciones en defensa de la verdadera democracia, las libertades individuales y que vayan en beneficio del pueblo y los más pobres.

BILBIOGRAFIA

De la Torre. C., (2022). “Populismo: estrategias conceptuales y debates”. Rips- Revista de Investigaciones Políticas y sociológicas, Vol. 21 Núm. 2 (2022), Artículos. DOI: https://doi.org/10.15304/rips.21.2.8791

Moufee Chantal, (2019). “La apuesta por un populismo de izquierda”. Entrevista. NUSO Nº 281 / MAYO – JUNIO 2019. https://nuso.org/articulo/la-apuesta-por-un-populismo-de-izquierda/

Velásquez G. T. T, (2019). “El populismo radical de derecha en Europa: discurso, apropiación de significantes y desplazamiento de significados”. Universitat Autónoma de Barcelona, España. DOI: https://doi.org/10.35659/designis.i31p137-155

Zanotti Lisa Y Kenneth M. Roberts (2021). (Aún) “La excepción y no la regla: La derecha populista radical en América Latina Revista Uruguaya de Ciencia Política. versión impresa ISSN 0797-9789versión On-line ISSN 1688-499X Rev. Urug. Cienc. Polít. vol.30 no.1 Montevideo 2021 Epub. 01-Jun-2021. https://doi.org/10.26851/rucp.30.1.2