La cuestión del futbol y la clasificación para el mundial de Qatar, en los últimos meses ha ocupado los intereses de los peruanos, carentes de triunfo en otros aspectos de la vida social, el futbol parecía constituirse en el refugio posible para la recuperación del orgullo nacional, la desclasificación ocurrida a manos de la selección de Australia, un equipo de media tabla, ha generado no solo la caída de las expectativas de negocios (Ejemplo Gamarra), sino la posibilidad de encontrar culpados en la política. Faltó la racionalidad en las predicciones y el despertar es realmente duro. Muchos temas de interese nacional e internacional fueron soslayados o depuestos para tiempos después. Uno de los más importantes no son realmente las medidas de política económica del gobierno, que no tendrá significación frente a la tormenta que se avecina a nivel global. El Perú ya viene sufriendo las consecuencias como subsidiaria dependiente.
A inicios del presente mes junio de 2022, Jamie Dimon, presidente y consejero delegado de JPMorgan Chase, (Holding global de servicios financieros y el mayor banco de EE. UU por activos, que brinda servicios que incluyen banca de consumo, banca de inversión, banca comercial y administración de activos para individuos, corporaciones, instituciones y gobiernos en todo el mundo), ha dicho, que se aproxima un «huracán» hacia la economía, en referencia a la fuerte inflación global y la subida de tipos de interés. El CEO ha aconsejado a los presentes que se pongan a cubierto: «Nosotros ya lo estamos haciendo y vamos a ser muy conservadores en nuestro balance». Recomienda para los accionistas comprar: oro, plata, bitcoins, wisky, tangibles como tierras, otras propiedades tangibles e invertir en aprender Chino y cosas de la china.
Dimon, añadió que la situación actual no tiene precedentes. «Ahora mismo, el tiempo es soleado, las cosas van bien. Todo el mundo piensa que la Reserva Federal de los EEUU (FED) puede manejar esto. Ese huracán está ahí fuera, viniendo hacia nosotros. Solo que no sabemos si es uno pequeño o la supertormenta Sandy», recalcó que la inflación en Estados Unidos marcó en abril el 8,3%, y la zona euro el 8,1% en mayo. Tanto la FED como el Banco Central Europeo, los órganos encargados de regular los precios en Estados Unidos y Europa, se enfrentan al reto de reducir drásticamente la inflación en los países ricos a través de los tipos de interés, aunque Dimon cree que no están siendo lo suficientemente rápidos ni cooperativos.
Las crisis cíclicas en el mundo ocurren en lapsos de tiempo más frecuentes, las causas de la crisis del 2008 provocado por la bola financiera no fueron resueltas, sus efectos fueron maquillados. Hoy nos enfrentamos al endeudamiento excesivo al que se suman desafíos de la pandemia, intervenciones gubernamentales sin precedentes, una fuerte recuperación después de una fuerte y profunda recesión mundial, unas elecciones estadounidenses altamente polarizadas, una inflación creciente, una guerra en Ucrania y sanciones económicas dramáticas contra Rusia, llevan a la necesidad de una reestructuración del orden mundial, que nadie sabe quién lo hará, cómo será diseña ni procesada.
Los EEUU como potencia hegemónica, controla el comercio y las finanzas a nivel global, de forma que los problemas de este gran país frente a la crisis, muchas veces son menores al de los países dependientes o emergentes, por la capacidad de los medios para su recuperación. Los EEUU se encuentra dividido dentro de sus fronteras, y muchos argumentan que ha perdido su papel de liderazgo esencial fuera de sus fronteras y en todo el mundo. La unidad de occidente frente a los países asiáticos por la cuestión de Ucrania y las sanciones correspondientes para ahogar a Rusia, parece que tiene su contrapartida en la crisis energética y de alimentos que aumentó la inflación a niveles alarmantes. Frente al futuro incierto, se han levantado voces conciliadoras para dejar de lado las diferencias, ofrecer soluciones y trabajar con otros en forma cooperativa.
Pero también hay voces que piden que esa cooperación y unión ocurra solamente entre los países del mundo occidental en defensa de la llamada democracia y las libertades esenciales, incluida la libre empresa, cuyo entendimiento, a su parecer, no incluyen a los países asiáticos y otros del mundo occidental que se oponen a las sanciones. Dicen, como la JPMorgan Chase, que la coyuntura, también es un momento en el que los países occidentales necesitan trabajar en los sectores público y privado para liderar una vez más, entre otras medidas, mejorar la competitividad y cumplir mejor con la igualdad de acceso a oportunidades para todos. Son recomendaciones, un poco más asertivas de la actual, en el fondo, igual a la que practican los países occidentales, generadora de todas las crisis que la historia registra, connatural al sistema capitalista mundial, ahora en su fase neoliberal.
Silvia Licht en su Blog Comunidad Silvia, nos dice que hace años atrás viene anunciando el colapso de la economía en 2022, pero nadie le hace caso porque no pertenece a la elite inversionista, (igual pasó con las denuncias de Keen, Nourini, Stiglitz y Krugman en el caso de la crisis del 2008). Ahora aparecen los Tim Rogers, Bill Ackerman y Jamie Dimon, dando la noticia con dimensiones catastróficas, estos sí, geos del mundo financiero y gerentes de los poderosos bancos de inversión. Para Licht, eso ocurre porque las cartas ya están jugadas y lo anticipan porque las grandes empresas ya han tomado sus previsiones (desprenderse de los bonos basura y comprar activos tangibles como tierras, agua y activos de la industria de alimentos y de conservación del medio ambiente) y apuran el advenimiento de la crisis. Dentro de poco los medios harán su papel difundiendo masivamente estas noticias generando las cataratas de la desconfianza. Los bancos de inversión y los grandes inversionistas, saben que tiempos de crisis, son oportunidades para hacer grandes negocios. “Los ricos nunca pierden” Ver (https://www.youtube.com/watch?v=qjdgEDXn-kw&t=50s).